Interés General
Edición 481
Cuando la naturaleza toca los bolsillos
3 AGOSTO, 2012 | 481, EDICIONES, INTERÉS GENERAL
Hay dos cosas infinitas: el Universo y la estupidez humana. Y del Universo no estoy seguro.
Albert Einstein (1879-1955), científico alemán nacionalizado estadounidense.
PROMAR la laguna Mar Chiquita y Humedales del Río Dulce
Desde hace muchos años el Programa Mar Chiquita (PROMAR) -programa de investigación, educación y extensión que lleva a cabo el Posgrado en Manejo de Vida Silvestre de la Universidad Nacional de Córdoba (UNC), con sede en el Centro de Zoología Aplicada de la Facultad de Ciencias Exactas, Físicas y Naturales de la UNC, con una Estación Biológica en Miramar a la vera de la Laguna-, realiza estudios y seguimientos de ese sitio Nº 11 Ramsar (1) de la República Argentina (2).
En su sitio institucional: http://www.promarmarchiquita.com.ar/ se lee «Las acciones propuestas no incluyen solamente el área de la Reserva, sino que también abarca las cuencas hidrográficas de los ríos que alimentan al sistema (ríos Dulce, Primero y Segundo), ya que el adecuado manejo de los mismos es esencial para la supervivencia de Mar Chiquita».
¿Tenemos conciencia sobre la laguna y la relación con nosotros?
Es de público conocimiento los proyectos de construcción de diques, trasvasamientos de cuencas en esta provincia de Córdoba, para captar más agua para un crecimiento sin control de una región que se caracteriza por ser semiárida. La sustentabilidad y supervivencia de la laguna Mar Chiquita, tal como queda explicitado en el párrafo anterior tomado del sitio de PROMAR, depende del manejo de las cuencas.
Mar Chiquita, Ansenuza o ese «mar interior» es la cuenca que nos contiene. No vivimos separados de su cuerpo. De allí que las señales que está dando el cuerpo de agua al cual pertenecemos es atinente al territorio donde vivimos, porque es parte constitutiva del todo.
Las señales o ¿advertencias de la naturaleza?
Año tras año las tormentas de sal se suceden sin continuidad, sobre todo en la época de menos lluvias y mayor intensidad de vientos. Esas tormentas de sal llegan y llevan la sal junto a otros elementos a muchísimos kilómetros de distancia. Inclusive llegando cercanamente hasta la ciudad de Córdoba, por citar algunas ocasiones y cuando soplan vientos del sector Noreste. Cuando soplan vientos con orientación Norte o Sur ocurre lo mismo, adentrándose las tormentas de sal en la provincia de Córdoba y en regiones de suelos fértiles; o hacia la provincia de Santiago del Estero con las mismas consecuencias, por citar indicios de algunos impactos territoriales alarmantes.
Mar de Aral-Mar Chiquita: muchas cosas en común
En una entrevista que le realizáramos al doctor Enrique Bucher, de PROMAR, nos dijo que en dos lugares del planeta Tierra se producen este tipo de tormentas de sal: en el Mar de Aral o lo que queda de él (Asia) y en la laguna Mar Chiquita.
Los desmanejos del Mar de Aral (3) comenzaron en 1960 cuando se empezó a desviar agua de los ríos Amu Daria y Sir Daria para regar cultivos en Uzbekistán y Kazajistán. Además, como resultado de pruebas armamentísticas, proyectos industriales y vertidos de residuos de fertilizantes en el mismo siglo, el mar tiene un alto índice de contaminación. La contaminación -también- llega a Mar Chiquita por agroquímicos y otras fuentes contaminantes.
¿Y la laguna Mar Chiquita qué tiene que ver con el Mar Aral?
¡Muchísimo! El desastre del Mar de Aral, considerado por el secretario de la ONU Ban Ki-moon, quedó tremendamente reflejado cuando dijo: «Es claramente uno de los peores desastres, ambientales del mundo. Me impactó tanto», comentó, cuando sobrevoló el erial que quedó de ese inmenso mar. A la vez que decía: «Insto a todos los líderes… a que se sienten juntos y traten de encontrar las soluciones».
Sin embargo, la cooperación para revertir, atenuar/mitigar el desastre del Mar de Aral, se encuentra obstaculizada por desacuerdos respecto a quién tiene derechos sobre la escasa agua y sobre cómo debería utilizarse.
Cosas más, cosas menos, la laguna Mar Chiquita está dando las mismas señales que el Aral al igual que los seres humanos, que pareciera queremos tropezar una vez más con la misma piedra. Siguen los desmanejos del Suquía, Xanaes y Sistema Salí-Dulce, como lo que ocurriera con los ríos Amu Daria y Sir Daria en Asia. Ni la provincia de Córdoba como las provincias del Sistema Salí Dulce (Tucumán y Santiago del Estero) parecen dar señales claras de trabajar de forma conjunta y cooperativa (Ley General del Ambiente Nº 25.675 Artículo Nº4).
Cuando el problema ambiental toca el bolsillo
Ante el agravamiento de la situación se ha creado en la provincia de Córdoba «un comité» para evaluar el impacto de las tormentas de sal. Y aunque se dice que se hará una «evaluación de impacto» que contemple aspectos «desde la perspectiva productiva como desde los efectos que tiene para la salud humana y animal»; la realidad es que el problema ambiental de la Cuenca de la Laguna que nos contiene, ha comenzado a tocar los bolsillos.
Lamentablemente, debemos decir que los humanos reaccionamos cuando lo económico se afecta por los desatinos de no respetar el equilibrio que fija el propio planeta Tierra.
Ese problema, repetimos, nos contiene a nosotros por el hecho de estar en la Cuenca Alta de uno de los signatarios de la laguna.
¿Seguiremos pensando que el agua que sale del vertedero del dique San Roque, es agua que se pierde?
¿Seguiremos pensando que el agua de esta cuenca nos pertenece para continuar con el crecimiento de la región? ¿Qué hay que hacer diques más arriba?
Entonces… al momento de los proyectos… ¡Por favor todas las variables ambientales! ¿O queremos generar un nuevo mar de Aral en Argentina con las consecuencias que pagan millones de personas en Asia? No seamos los nuevos pobres del mundo como los que generó el desastre del Aral. Transgresión en lo ecológico… impacto en lo económico. ¡Así de simple!
(1) Ver Convención Ramsar:
(2) Ver sitios Ramsar Argentinos:
(3) El Mar perdido: http://www.rtve.es/alacarta/videos/otros-documentales/aral-mar- perdido/1052282/
FUNEAT
Ing. Juan Carlos A. Paesani
Foto: Tormenta de sal mes de julio de 2012 (Crédito PROMAR)
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