8 de junio 2011
El Prestige poco antes de hundirse frente de las costas gallegas
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Este día se celebra por una iniciativa canadiense, y su celebración es relativamente reciente. Los océanos cubren dos terceras partes de la superficie de la Tierra, y a través de sus interacciones con la atmósfera, litosfera y la biosfera, juegan un papel relevante en la conformación de las condiciones que hacen posible las distintas formas de vida del planeta. Además de servir como hábitat de una vastísima colección de plantas y animales, los océanos proporcionan alimento, energía y múltiples recursos a los seres humanos. En 1994, la comunidad internacional dio un paso muy importante para la protección de los océanos al haber entrado en vigor la Convención de las Naciones Unidas sobre la Ley para los Océanos. Una de las principales tareas de la campaña en favor de la flora y la fauna marinas es la preservación del atún, el tiburón, el pez espada y las poblaciones de merlín. En 1997 la Asamblea General de las Naciones Unidas designó el año 1998 como el Año Internacional de los Océanos.
DEL SITIO GREENPEACE: DEFENSA DE LOS OCÉANOS
El Prestige poco antes de hundirse frente de las costas gallegas
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Para el año 2050 se estima que la población mundial habrá aumentado hasta unos 12.000 millones. De ellos, alrededor del 60 por ciento vivirán en una franja de 60 km de distancia al mar. Las actividades agrícolas e industriales requeridas para alimentar a esta población incrementarán las grandes presiones ya existentes sobre las áreas fértiles costeras.
La contaminación y el mar – como agua y aceite
Un importante impacto de la actividad humana en los océanos es la contaminación marina. No se trata sólo de vertidos de crudo provocados por accidentes y por los productos que ocasiona la limpieza de tanques. A pesar de la gran visibilidad de los vertidos de crudo en medio marino, las cantidades implicadas son pequeñas comparadas con las de los contaminantes procedentes de otras fuentes.
(como las aguas residuales domésticas, vertidos industriales, aguas superficiales urbanas e industriales, accidentes, vertidos, explosiones, extracción de petróleo, minería, nutrientes y pesticidas agrícolas, fuentes de calor residual y vertidos radiactivos).
La contaminación de origen terrestre supone alrededor del 44 por ciento de los contaminantes que llegan al mar y las fuentes atmosféricas suponen un 33 por ciento. Por otra parte, el transporte marítimo aporta sólo alrededor del 12 por ciento
El amanecer de los muertos: las escalofriantes zonas muertas
El impacto de la contaminación es muy diferente. La contaminación por nutrientes procedentes de los vertidos residuales y de la agricultura pueden producir una aparición masiva inadvertida y posiblemente peligrosa de algas en las aguas costeras. Al morir y descomponerse, estas algas utilizan el oxígeno del agua, lo que, en algunas zonas, ha provocado unas ‘escalofriantes zonas muertas' (CDZ), donde el oxígeno disuelto en el agua disminuye a unos niveles incapaces de sostener la vida marina. La contaminación industrial contribuye también a la creación de estas zonas muertas al verter sustancias que, al degradarse, utilizan también el oxígeno disuelto.
Contaminación radiactiva
La contaminación radiactiva en el mar tiene varias fuentes. Históricamente han contribuido a ella las pruebas nucleares y también el funcionamiento normal de las centrales nucleares, pero con diferencia las fuentes más importantes de elementos radiactivos vertidos al mar creados por el hombre son las plantas nucleares de reprocesado de combustible como la de La Hague en Francia y la de Sellafield en el Reino Unido. Sus vertidos han provocado la contaminación de todos los recursos marinos vivos en un área extensa; pudiéndose encontrar trazas de elementos radiactivos en algas de lugares tan lejanos como la costa oeste de Groenlandia y a lo largo de la costa de Noruega
Metales pesados
En los vertidos de productos químicos en los océanos pueden detectarse enormes cantidades de diferentes sustancias. Se estima que actualmente se emplean unos 63.000 productos químicos diferentes, de los cuales unos 3.000 suponen el 90 por ciento de la producción total en peso. Cada año salen al mercado más de 1000 nuevos productos químicos sintéticos.
De todos estos productos químicos, unos 4.500 pueden clasificarse como peligrosos, son los conocidos como contaminantes orgánicos persistentes (COPs), resistentes a la desintegración que se acumulan en los tejidos de organismos vivos (toda la fauna y flora marinas), alterando el funcionamiento del sistema hormonal que, a su vez, provoca problemas reproductores, induce el cáncer, afecta al sistema inmunológico e interfiere con el desarrollo normal en la infancia.
Los COPs pueden también viajar grandes distancias en la atmósfera y depositarse en regiones frías. Por ello, las poblaciones de esquimales que viven en el Ártico, una gran distancia de las fuentes de estos contaminantes, son uno de los pueblos más contaminados del planeta, ya que dependen de alimentos marinos ricos en grasas como el pescado y las focas. Los COPs incluyen las dioxinas y PCBs (bifenilos policrolados) altamente tóxicos además de varios pesticidas como el DDT y la dieldrina. Se piensa que estos productos químicos son también los responsables de las dificultades de reproducción que experimentan algunos osos polares.
¿Tienes pescado a los COPS de cena?
Asusta pensarlo, pero el pescado consumido por las personas en regiones templadas también está afectado por los COPs. El pescado azul tiende a acumular COPs en su cuerpo y puede pasar a los consumidores. Cuando el pescado azul es convertido en alimento para peces y aceite de pescado y es usado después para alimentar a otros animales, ésta puede llegar a ser una vía de ingestión para los humanos. En algunos países el pescado y marisco de piscifactoría, los products de la leche, las aves y los cerdos son alimentados con harina de pescado, por lo que la carne y los productos lácteos además del pescado natural y el procedente de piscifactorías pueden actuar como nuevas fuentes de ingestión de estos productos químicos.
Minería
La contaminación por metales procedentes de la minería y las industrias de producción y procesado puede dañar la salud de la flora y la fauna marinas y hacer que parte del pescado no sea adecuado para el consumo humano. La contribución a este problema de las actividades humanas es muy grave: la cantidad de mercurio vertido al medio ambiente por diversas industrias es unas cuatro veces superior a la cantidad emitida por procesos naturales como la descomposición natural y la erosión.
Petróleo
La forma más visible y familiar de contaminación son los vertidos de petróleo provocados por accidentes de petroleros y la limpieza de tanques en el mar, que, además de graves impactos a corto plazo, provocan serios problemas a largo plazo. En el caso del Exxon Valdez que encalló en Alaska en 1989, los impactos biológicos del vertido de crudo son aún evidentes 15 años después del desastre. El Prestige, que se hundió frente a las costas españolas a finales de 2002, provocó enormes pérdidas económicas al contaminar más de 100 playas de España y Francia y provocar graves pérdidas a la industria pesquera local.
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