Un oasis de aves cordobés para atraer turistas
En Mar Chiquita se pueden avistar hasta 350 especies de aves. Una buena escapada cerca de la Capital para disfrutar junto a la naturaleza.
26/05/2012 00:01 | María Laura Ferrero (Corresponsalía)
Cielo rosa. Los flamencos rosados tiñen el firmamento, cerca de la laguna Mar Chiquita (La Voz).
Miramar. Si la búsqueda es por un contacto cercano con la naturaleza, embarcarse hacia el interior de la enorme laguna de Mar Chiquita puede ser una excelente opción de fin de semana en territorio cordobés.
También llamado Mar de Ansenuza, es el mayor lago de Argentina y el quinto salino más grande del mundo. Constituye un área de gran riqueza en biodiversidad, con muy abundante y variada presencia de aves. Integra, en el mundo, una lista de los sitios que vale la pena conocer si de mirar aves se trata.
Una excursión aguas adentro es una invitación para el asombro. Miramar, a 190 kilómetros de la ciudad de Córdoba, brinda una amplia variedad de servicios, con una renovada oferta de alojamiento para hacer base y recorrer el lago salado.
La laguna y sus bañados conforman una reserva provincial de usos múltiples. Los cordobeses la declararon en 2008 como la primera “Maravilla natural de Córdoba”, en una iniciativa de La Voz del Interior y la Agencia Córdoba Turismo.
Mar Chiquita está integrada a la Red Hemisférica Global de Aves Migratorias y desde 2002 fue designada sitio Ramsar, convención encargada de proteger los humedales de mayor importancia internacional.
Todos esos reconocimientos justifican animarse y a un paseo “mar adentro”, con guías especializados.
Julio Escobar, director de Turismo de Miramar, aseguró que el recorrido es seguro, simple y se puede realizar en familia. La salida permite un contacto directo con la naturaleza en un entorno muy poco alterado y al que solamente se puede llegar estando embarcado.
Cinco prestadores brindan el servicio de excursiones de avistaje de aves.
El recorrido. Mariana Cisnero, guía de turismo, precisó que el recorrido dura una hora partiendo desde un muelle de Miramar de la costanera recuperada tras la última crecida en 2003 hasta la desembocadura del río Xanaes o Segundo. En esos 10 kilómetros se aprecia la abundante avifauna que habita “la mare”, como la llamaron los inmigrantes italianos. “Acá se pueden ver unas 350 especies de aves, es decir, casi el 25 por ciento de las aves autóctonas que existen el país”, afirmó Cisnero.
La guía invita a los viajeros a profundizar los sentidos como la vista y el oído mientras se contempla un paisaje que varía a medida que se aleja de la costa de la laguna.
Los que llevan cámaras no podrán dejar de fotografiar las bandadas de flamencos que tiñen el cielo de rosa.
Otros prefieren registrarlo solo con sus ojos y contemplar ese espectáculo. También aparecen otras colonias de aves, como gaviotas, garzas, biguás, gallaretas, patos sirirí y cisnes de cuello negro.
A llegar a la desembocadura del río, el aspecto de la laguna comienza a modificarse por las corrientes y la menor salinidad del agua.
En ese punto se inicia el retorno pasando por lo que quedó de la ex Colonia Naturista y las ruinas del alguna vez imponente Gran Hotel Viena, con una vista diferente desde el agua.
Al final, se ven vestigios de la antigua iglesia, de hoteles y casas, de las 38 manzanas que las aguas inundaron en 1978, dejando a una tercera parte de Miramar sumergida.
Pero también se asoman las nuevas construcciones que renuevan la imagen y siembran la esperanza de un sitio que se ha renovado para volver a ser imán de turistas.
Para consultar
En el sitio web de la Municipalidad de Miramar hay un listado con la oferta hotelera, gastronómica y de actividades y servicios. Hay detalles sobre los paseos que se pueden realizar en la ciudad y en la laguna.
La web es www.turismomiramar.com
FUENTE ARTÍCULO E IMAGEN: LA VOZ DEL INTERIOR 26/05/2012
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