Forestación: advierten riesgo de agudizar la crisis hídrica
El Gobierno promueve una ley para plantar 17 millones de árboles. Investigadores y ONG piden que se haga sólo con especies autóctonas, que consumen mucha menos agua.
Con cuidado. Advierten que algunas especies no son aconsejables para la realidad ambiental cordobesa (Archivo).
Un plan para que se planten 17 millones de árboles, en una provincia que ha tenido la tasa de deforestación más alta del país en la última década. De eso se trata, de alguna manera, el programa Forestando mi Provincia, que anunció el Gobierno cordobés y cuya ley para darle forma se analiza por estos días en la Legislatura.
En el marco de ese debate, sectores ligados a la investigación universitaria y entidades ambientalistas pidieron algunos cambios a esa ley, como exigir que todo plan de reforestación sea exclusivamente con especies autóctonas y se eviten las exóticas.
Las razones no son estéticas ni patrióticas: numerosas investigaciones en el país y en el exterior demuestran los riesgos que ciertas plantas foráneas generan al transformarse en invasoras, pues ahogan a las nativas. Además, podrían agudizar la crisis hídrica, porque suelen ser mayores consumidoras de agua.
La Provincia apuesta a que el plan surja de una ley y no de una simple resolución. Esa decisión es apoyada por todos los sectores porque representa un compromiso mayor de sostenerlo en el tiempo, más allá de los gobiernos.
De los 17,5 millones de árboles anunciados, 15 millones deberían plantarse en campos privados, en todo el mapa cordobés. Otros 2,5 millones irían a banquinas y a municipios. En su artículo 10, el proyecto establece que se sembrarán “preferentemente especies nativas”, dando lugar a las foráneas.
Ante los legisladores que analizan el tema, investigadores de la UNC y grupos ambientalistas expusieron los problemas surgidos en varias regiones cordobesas por la “invasión biológica” de especies tales como ligustro, acacia negra, crataegus y olmo. Mostraron, por ejemplo, que los bosques de siempreverde (ligustro) alrededor de Río Ceballos que en 1983 ocupaban 41 hectáreas hoy se extienden sobre 1.700.
Advirtieron, por escrito, que “las invasiones biológicas pueden desplazar a especies nativas e incluso extinguirlas”, y apuntaron que “en Córdoba, un agravante es que las especies invasoras son muy demandantes de agua en comparación con las nativas”, lo que complicaría el cuadro de escasez hídrica que ya padece buena parte de esta provincia. Las Sierras Chicas, donde se da el ejemplo de los siempreverdes, es una de las áreas más aquejadas por la escasez de agua.
También se apunta al impacto de eucaliptus y pinos como grandes consumidores de agua del suelo.
Daniela Tamburini, bióloga e investigadora de la UNC, marcó a este diario que en varios países se están deforestando especies invasoras ante las complicaciones observadas en los balances de agua. Y que eso mismo ensayan ahora en la bonaerense Sierra de la Ventana, ante el avance de los pinares.
Melisa Giorgis, bióloga de la UNC y del Conicet, aportó que “en nuestra provincia se ha observado que los arroyos dentro de forestaciones de pinos han sufrido una reducción del caudal del 50 por ciento” y que “especies introducidas como el siempreverde, la acacia negra y el paraíso consumen significativamente mayor cantidad de agua que especies nativas como el molle o el espinillo”.
Mientras, desde el Foro Ambiental Córdoba advirtieron que, si la ley se cumpliera, no serían algunos miles de árboles introducidos sino 17 millones en cinco años. No cuestionan la cantidad: al contrario, sostienen que mientras más elevada mejor. Pero apuntan que si no se exige que sean sólo nativas “podría ocurrir que se foreste con una alta proporción de especies introducidas”.
Esta posición es sustentada por el Instituto Multidisciplinario de Biología Vegetal (UNC), el Centro de Ecología y Recursos Naturales Renovables (UNC), el Proyecto Sustentabilidad Ambiental (UNC), la Administración de Parques Nacionales y las ONG Fundación Acude, Ecosistemas Argentinos, Foro Ambiental Córdoba, Fundación Elipse y otras.
Argumento oficial. El proyecto surgió desde el Ministerio de Agricultura y Ganadería provincial. Darío Fuentes, subsecretario de Fiscalización y Control de esa cartera, señaló a este diario que “no está científicamente probado que todas las especies introducidas no presten buenos servicios ambientales”, por lo que defendió el plan que propone sembrar “preferentemente autóctonas”, pero tolerando excepciones.
Fuentes opinó que la necesidad no es idéntica para un arbolado urbano que en un campo erosionado o en sierras con pendientes y aclaró que la reglamentación de la ley establecerá un listado de especies no permitidas, entre las que figurarán “las invasoras o de alto consumo de agua”. Aseguró que trabajan con asesoramiento de especialistas de Inta y de la UNC y precisó que cada proyecto de plantación, en terrenos públicos o privados, deberá ser autorizado por un comité técnico que la ley prevé crear.
FUENTE: LA VOZ DEL INTERIOR
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