Córdoba tiene viento como para utilizarlo en energía
Estudio de la UNC determinó que la masa eólica del departamento Río Cuarto combinada con hidrógeno cubría 10 veces el gasto energético en transporte de Córdoba.
Los vientos del sur cordobés junto con el hidrógeno podrían ser una combinación muy energética. De hecho podrían cubrir 10 veces la demanda de combustible que consumen todos los autos, motos, camiones y colectivos de la provincia.
El cálculo fue realizado por un grupo de investigadores de la Facultad de Ciencias Químicas de la Universidad Nacional de Córdoba, quienes además determinaron que a los valores actuales de los combustibles fósiles y el kilovatios/hora de electricidad sería económicamente viable.
El secreto está en colocar la energía del viento en los motores de los vehículos cordobeses. Para ello se necesita un vector: el hidrógeno. Muchos avizoran a este elemento como el candidato a suceder al petróleo en el reinado de los combustibles. Con dos grandes diferencias: es abundante y ecológico.
A diferencia del petróleo que se extrae hasta que algún día se agota, el hidrógeno puede producirse infinitamente. Mientras que la combustión de la nafta y gasoil liberan gases contaminantes y otros que contribuyen al calentamiento global, la combustión del hidrógeno genera agua.
El problema es que no hay hidrógeno (H2) en el aire, agua o subsuelo. Hay que obtenerlo a partir, por ejemplo, del agua (H2O). Pero para extraer de la molécula de agua el hidrógeno, se necesita energía. Allí es donde ingresa el poder de los vientos del sur de Córdoba.
La energía eléctrica producida con molinos de viento se utilizaría para generar el hidrógeno a partir de agua en un proceso conocido como electrólisis. El hidrógeno luego se almacena para su distribución en estaciones de servicio.
El grupo coordinado por Ezequiel Leiva determinó que sólo el potencial eólico del departamento de Río Cuarto es suficiente para alimentar los “tanques de combustible” de 10 parques vehiculares de la provincia.
Dicho de otra forma, colocando molinos de viento en un cuadrado de 40 kilómetros de lado (1.600 kilómetros cuadrados, tres veces el departamento Capital) se cubriría la demanda energética del sector transporte de Córdoba.
“La energía eólica es la más limpia dentro de las renovables, si consideramos todo lo necesario para producirla. También es la más desarrollada, la más barata y la más eficiente, ya que se aprovecha más del 40 por ciento”, explica Ramiro Rodríguez, también investigador de la Facultad de Ciencias Químicas.
El grupo comenzó midiendo el recurso eólico de la provincia. “Instalamos torres de medición en el departamento de Río Cuarto. Desde hace más de tres años estamos tomando mediciones”, comenta Leiva.
Determinaron que los vientos podrían generar energía suficiente como para que sea redituable instalar un parque eólico en la zona. “Determinamos que el factor de capacidad (cantidad de energía útil que se extrae) es del 35 por ciento. En Europa desarrollan proyectos con un factor de capacidad del 25 por ciento”, explica Leiva.
El problema de la energía eléctrica generada por el viento es cómo almacenarla y llevarla a los sitios que la demandan. El hidrógeno es la alternativa. Luego, podría utilizarse en motores de combustión y sustituir al GNC, nafta y diésel; calefacción; generación eléctrica;
en celdas de combustibles y hasta en la propulsión en aeronáutica.
Si todo parece cerrar, ¿por qué los automóviles no están usando hidrógeno ahora? “Todos los cambios de producción de energía, de la madera al carbón y luego a los fósiles, han llevado más de 50 años”, comenta Rodríguez.
Los investigadores señalan varios cuellos de botellas tecnológicos que podrían atravesarse con políticas favorables que estimulasen la investigación y desarrollo de estas tecnologías. “Una dificultad es montar la infraestructura necesaria para comenzar a producir hidrógeno. Eso necesitaría ser subsidiado a largo plazo”, explica Leiva.
Sin embargo, ven una alternativa viable en el corto plazo. Ya se podría agregar un 20 por ciento de hidrógeno al GNC para formar GNC plus. “Se puede aplicar con la infraestructura de las estaciones de servicio actuales y con sólo una pequeña modificación en los equipos de los autos”, agrega Rodríguez.
Pero el mayor desafío tecnológico es cómo almacenar suficiente hidrógeno como para que los vehículos tengan buena autonomía. Sucede que el hidrógeno ocupa mucho volumen. Almacenado a la misma presión que el GNC se necesitaría el triple de hidrógeno que de GNC para producir la misma energía.
Volverlo líquido como la nafta tampoco es económico ya que hay que gastar mucha energía en el proceso. Isabel Rojas estudia nuevos materiales. Los mejores candidatos parecen ser grafenos (láminas de carbono muy finitas) con agregado de níquel. “El tanque de combustible no sería un tubo ya que
el material es absorbente”, explicó.
Económicamente viable
En 2009. Cuando realizaron el estudio tomaron el precio de litro de combustible (nafta o gasoil), que estaba entre 3 y 4 pesos. Cuatro litros de combustible tienen más energía que un kilogramo de hidrógeno, con lo cual la producción de hidrógeno sería competitiva si el costo se ubicara en los 12 a 16 pesos por kilogramo.
Análisis. Los investigadores aplicaron dos modelos de análisis para producción de energía eólica e hidrógeno que tienen en cuenta costos laborales, impuestos, costo de la tierra, inflación y otros factores técnicos. Determinaron que la producción de hidrógeno sería competitiva a partir de un costo de la energía de 50 dólares por mega Watts/hora. Ayer su costo estaba en 30 dólares, según la distribuidora Cammesa.
FUENTE: LA VOZ DEL INTERIOR
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