Las lluvias no mejoraron el nivel de La Quebrada, que está crítico
Sólo 14 centímetros subió el dique que da agua potable a Río Ceballos, Mendiolaza y Unquillo / Se complica el proceso de potabilización / Sigue demorada la ampliación de la planta de La Calera.
A pesar de las intensas precipitaciones que desde el fin de semana ayudaron a recuperar el nivel de los embalses, en el caso de La Quebrada los registros apenas alcanzaron a subir su cota en seis centímetros entre el sábado y ayer a primera hora, aunque la Cooperativa de agua de Río Ceballos llevó a 14 anoche la mejora. Ayer el embalse del que se proveen de agua Río Ceballos, Unquillo y Mendiolaza presentaba una bajante de 13,18 metros, con un descenso diario de tres a cuatro centímetros.
Un paredón. Al dique le faltan más de 13 metros de agua para llegar a su máximo nivel.
Sobre una altura máxima de 34 metros, la bajante actual se acerca a los 14 metros y desde la administración de la planta potabilizadora de La Quebrada se alertó que a partir de ese registro puede complicarse severamente el proceso de potabilización. “Nos encontramos ante una situación desconocida porque el dique nunca llegó a estar en este nivel, y no sabemos como puede llegar a reaccionar a medida que se acerque al límite de la toma principal del agua cruda”, explicó el presidente de la cooperativa, Marcelo Fassi. Por lo pronto, ya se debieron intensificar los tratamientos de potabilización para mejorar la calidad del agua que se extrae del embalse.
Obras demoradas. En tanto, los integrantes del comité de emergencia hídrica de las Sierras Chicas apuran las obras que permitirán el cierre de la válvula que envía agua a Unquillo y Mendiolaza, que actualmente reciben una dotación de casi un millón de litros diarios desde La Calera. Así, el volumen de agua que se extrae de La Quebrada disminuirá y se distribuirá solamente en Río Ceballos.
Este sería uno de los anuncios principales que formularán este mediodía, los intendentes y directivos de las cooperativas de agua de Río Ceballos, Unquillo y Mendiolaza, además de exigir al Gobierno provincial que ponga en pleno funcionamiento la obra de ampliación y remodelación de La Calera.
Cabe aclarar que esta obra fue presupuestada por primera vez en 2004. Tras varias idas y vueltas, el dinero, unos 30 millones de pesos, recién fue ejecutado en 2008. En otro sentido, desde la cooperativa de agua local se inició un relevamiento para detectar y denunciar conexiones clandestinas en el arroyo Colanchanga, afluente del embalse, que afectarían el caudal que llega al lago.
También se estudiarán los efectos que puede haber producido la obra de la nueva traza del camino El Cuadrado al desviar cursos de vertientes y afluentes subterráneos que desembocan en La Quebrada. Denuncia penal. Por otra parte, directivos de la cooperativa obras y servicios de Agua de Oro, elevarán una nueva denuncia penal contra los administradores de la estancia Santa Gertrudis, en Candonga, por desviar el curso del arroyo San Vicente y presuntamente perjudicar el suministro regular del recurso a unas 10 mil personas que habitan en Agua de Oro, El Manzano y Cerro Azul.
El presidente de la entidad, Arturo Visintini, explicó que en la última oportunidad los responsables del predio construyeron un precario sistema de retención a pocos metros de la toma de agua de la cooperativa que dejó sin el recurso a los habitantes del sector dos semanas.
“Desde 2006 esta gente viene realizando estas infracciones y cada vez nos cuesta más recuperar el sistema por la limpieza del acueducto y el purgado que demanda”, agregó Visintini.
Pocas multas. A pesar de la crisis, parece que los municipios de las Sierras Chicas ejercen poco control. Desde que se declaró la emergencia hídrica no se llegaron a labrar ni una docena de multas por derroche y uso desaprensivo del agua.
FUENTE: La Voz del Interior 17/02/10
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