Un plan para asegurar el agua futura en Sierras Chicas
Un grupo académico elaboró un proyecto para mitigar las crisis hídricas. Más allá de este año lluvioso, la demanda supera a la oferta en esa zona, con creciente población.
19/10/2012 00:01
Dique La Quebrada. El pequeño lago de Río Ceballos, hace un año, con poca agua. Hoy tiene un nivel 4,50 metros más alto que entonces (Facundo Luque /Archivo).
Un informe elaborado por un grupo de investigadores universitarios y del Conicet plantea diversas sugerencias para asegurar el abastecimiento de agua en Sierras Chicas, la región cordobesa que más evidencia desde hace años recurrentes emergencias hídricas (ver Infográfico).
Más allá del lluvioso año actual, la demanda en esa zona no da abasto y las perspectiva es que siga en crecimiento.
El documento fue presentado ante autoridades provinciales de Recursos Hídricos y de Ambiente.
El informe describe que esta región depende de pequeñas cuencas que abastecen sus necesidades de agua. Esa escasa oferta se complica ante dos factores: la vegetación nativa está muy deteriorada en las sierras y eso afecta la calidad y cantidad de agua disponible, mientras a la vez se registra desde hace varios años un gran aumento poblacional en esta área, que acrecienta la demanda.
La cuestión complica al cordón de localidades que va desde La Calera hasta Ascochinga, pasando por Villa Allende, Unquillo, Mendiolaza, Río Ceballos, Salsipuedes y otras.
El informe plantea que las políticas públicas sobre el tema “han tendido a resolver problemas de coyuntura para obtener agua y distribuirla, faltando una visión integral”, que incluya aspectos como “la conservación de las cabeceras de cuenca y el ordenamiento territorial”.
En ese marco, advierte que “no se puede fabricar más agua” y apuntan la necesidad de abordajes regionales, que partan del consenso entre todos los municipios y comunas, en una mayor coordinación con la Provincia.
“Gestión social”.
También sugieren promover una mayor participación ciudadana para una “gestión social del agua”, que genere una mayor concientización de la comunidad, así como la apertura en el debate técnico a sectores académicos que vienen investigando el tema hídrico.
Entre las medidas concretas, plantean la necesidad de mejorar la vegetación en las cuencas serranas de esa región, mediante la reforestación con especies nativas, así como el freno a todo desmonte, una mayor prevención de incendios y el control para evitar la invasión de especies vegetales exóticas que consumen más agua.
Esos factores –sostienen– reducen la cantidad y sobre todo la calidad del agua que “baja” de las sierras.
También proponen ampliar las zonas declaradas como “reservas hídricas” por leyes provinciales, pero sumando medidas para su protección efectiva. Sugieren crear “un corredor de reservas hídricas sobre la vertiente oriental de las Sierras Chicas, desde el Tercer Cuerpo de Ejército en La Calera hasta Ascochinga”.
En esas áreas, apuntan que se deberían imponer ya limitaciones para urbanizaciones y usos agrícolas.
Otro punto sugerido es “frenar emprendimientos inmobiliarios de alto impacto ambiental”, incluyendo obras viales que puedan afectar los recursos hídricos, sobre todo en las “partes altas de las cuencas”.
También proponen instalar estaciones meteorológicas para monitorear el estado de los recursos bajo estándares científicos y realizar estudios ordenados de caudales y calidades de cursos de aguas y napas. “Esto permitirá conocer cuánta agua se puede llegar a disponer de manera sostenible”, apuntan.
El trabajo fue elaborado por el Grupo Intercuencas Sostenibles, integrado por Ramiro Berardo, Sergio Chiavassa, Rubén Actis Danna, Beatriz Ensabella, Diego Gurvich, Federico Kopta, Agustín Pierobon y Pablo Vagliente, quienes desempeñan tareas en las universidades Nacional y Católica de Córdoba o son miembros del Foro Ambiental Córdoba y de la Fundación Avina.
Varios son además investigadores del Conicet.
Que se pague según los consumos
Aval a los medidores. El proyecto también considera conveniente la medición domiciliaria de los consumos del agua, para evitar derroches al cobrar según los consumos. Plantea que, además, se deben generar planes educativos sobre el uso racional del recurso.
“Cosecha de agua”. Entre otras medidas, citan que se promueva entre la población los mecanismos de “cosecha de agua”, que implicarían medidas para que a nivel doméstico se multipliquen sistemas de captación, almacenamiento y uso del agua de lluvia.
Uso del suelo. La creación de un “plan de ordenamiento territorial”, que implique una planificación de largo plazo sobre el uso del suelo “acorde a sus limitaciones”, es otro punto que destacan.
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