LAS VISITAS GUIADAS SE EXTENDERAN SOLO HASTA EL 5 DE JULIO
Nuevo paseo en Buenos Aires: un viaje en barco a través del tiempo
Desde ayer los vecinos pueden ver de cerca el galeón del siglo XVII hallado en Puerto Madero.
Lo primero que les voy a decir es algo que los va a decepcionar un poquito: en realidad, este no es un galeón, sino un barco mercante. Si bien se encontraron cuatro cañones, probablemente los traía para dejarlos en Buenos Aires, porque no era un buque de guerra".
Así recibió ayer por la tarde la guía Miriam Ponce a un grupo de visitantes para iniciar un raro viaje de 250 años hacia el pasado en pleno Puerto Madero. Es que ayer, tras frustrarse el sábado por la lluvia, se inauguró para el público la muestra de unos de los más importantes hallazgos arqueológicos de la Ciudad.
La escena es un poco surrealista: en medio de un barrio futurista, con construcciones lujosas e interminablemente altas, justito al costado de un gigante de hormigón llamado Zen City, que crece al ritmo de tres pisos por mes, está la cáscara de madera de un antiguo galeón que en el siglo XVII se hundió al ingresar al puerto de Buenos Aires. Un galeón que, según se enteran los visitantes, en realidad no es un galeón.
PARA LA FOTO. UNA FAMILIA AYER DURANTE LA VISITA GUIADA. SE MONTO UNA PASARELA EN EL LUGAR DEL HALLAZGO. roberto ruiz
El barco fue encontrado el 29 de diciembre pasado, en un pozo de 10 metros que los constructores del complejo de viviendas y oficinas estaban cavando para comenzar a construir una torre más.
Una pasarela montada especialmente en el lugar del hallazgo es la puerta de ingreso para bajar hasta el pozo donde el barco sigue semienterrado.
Entonces llega el momento del asombro para los chicos y grandes. Y las reacciones pueden ser de las más variadas. Algunas profundas y otras, no tanto. "Lo mejor de esto es que la historia la podamos ver. Porque, a veces, los argentinos creemos que no tenemos historia", dice un señor acompañado por sus dos hijos. Enseguida, una señora muy interesada inquirirá a la guía: "¿No existe alguna foto de cuando este barco flotaba".
Como si hubiera querido emular a Susana Giménez y aquella célebre pregunta acerca de si los dinosaurios que se habían encontrado estaban vivos.La visión del barco, pequeño, y hasta frágil, lleva a admirar o a compadecer a aquellos aventureros que se lanzaban a cruzar el Océano Atlántico en una expedición con final incierto.
Los conceptos de la guía ayudan a darle marco a una visita breve, pero fascinante. En realidad, en este punto de la investigación, no son muchos las cuestiones que se saben acerca del barco. Se presume que era español. Y por un golpe que tiene en la quilla, se cree que encalló cuando ingresaba a Buenos Aires, que por otro lado era un puerto complicado por sus mareas cambiantes y la forma de su entrada.
Los datos y las incógnitas son una buena combinación para aprender y para fantasear en un paseo que ofrece un toque distinto en Buenos Aires.
FUENTE ARTÍCULO Y FOTOGRAFÍA: DIARIO CLARÍN
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