TURISMO PARTICIPATIVO - TURISMO SUSTENTABLE
A continuación ponemos a consideración de los visitantes del Blog
http://www.vcp-porlatierra.blogspot.com/ ,
un artículo de Erico Westergaard, conocedor como pocos del "Turismo Participativo", desde una óptica netamente Social. La participación de todos los sectores de la sociedad, en la actividad turística, hace a un derecho humano elemental: el ocio; en toda su dimensión física, mental y espiritual. El TURISMO PARTICIPATIVO, debe ser analizado desde los Factores SOCIO-ECONÓMICOS y SOCIO-CULTURALES según una EIA- EVALUACIÓN DE IMPACTO AMBIENTAL, con total amplitud, y es allí cuando podremos hablar de TURISMO SUSTENTABLE. Hasta el momento estas situaciones han sido soslayadas, por ende, es por demás importante, la actividad que ha desarrollado y desarrolla desde hace mucho tiempo Erico Westergaard, en el TERRITORIO, donde está enclavada la ciudad de VILLA CARLOS PAZ, con proyección nacional.
Este blog, que pertenece al Portal http://www.eergoeco.org/ , no solo trata de temas AMBIENTALES, sino que hace hincapié al TRABAJO y LA ERGONOMÍA, a través http://www.ergonomia-calidaddevida-blogspot.com/. Las pluridisciplinas siempre presentes en ambas actividades, solo que la mayor de las veces son ignoradas.
EL TRABAJO y el AMBIENTE, en sus máximas dimensiones conceptuales, espaciales y temporales, deberían entrelazarse solidamente buscando el Bienestar Social, tan proclamado desde muchas tribunas, pero también tan ausente como derecho humano. El presente trabajo resume los objetivos, que también buscamos desde otros campos del hacer humano.
Fotografìa Juan Carlos A. Paesani - El Embalse del Dique San Roque desde el coronamiento de la presa.
Octubre y Turismo
Por Erico Westergaard
Durante mucho tiempo a esta parte, los números del almanaque que recuerdan acontecimientos de importancia en la vida nacional son tomados por la población como simples feriados, con escasa o nula entidad para movilizar algo en nuestras conciencias. Los hitos de Mayo, Julio o Agosto fueron progresivamente destiñéndose al punto de no significar otra cosa que la no laboralidad para la mayoría diluyéndose, así, el peso que tienen como elementos de memoria y cohesión de las fuerzas sociales.
Durante mucho tiempo a esta parte, los números del almanaque que recuerdan acontecimientos de importancia en la vida nacional son tomados por la población como simples feriados, con escasa o nula entidad para movilizar algo en nuestras conciencias. Los hitos de Mayo, Julio o Agosto fueron progresivamente destiñéndose al punto de no significar otra cosa que la no laboralidad para la mayoría diluyéndose, así, el peso que tienen como elementos de memoria y cohesión de las fuerzas sociales.
Las consecuencias de tan extraordinaria pérdida colectiva hay que buscarlas en este presente de disgregación y exacerbado individualismo que alegremente tributamos al poder económico para facilitarles la tarea de dominar nuestras voluntades. Disgregación que se transforma en aislamiento y éste, en soledad y desorientación, cerrando un mal negocio para nuestras mentes que se rinden fácilmente a las “instrucciones para vivir” que aquél poder dicta desde los medios que, casualmente y en su gran mayoría, le pertenecen.
Pero esta lectura homogénea de nuestra actitud de indiferencia hacia las fechas que debieran servir para galvanizar nuestro compromiso de vida en común, ha comenzado a resquebrajarse en ocasión de la llegada del 12 de Octubre. Año tras año aumentan el interés y la participación popular para escarbar en nuestra historia y redefinir el significado de la llegada de los españoles a estas tierras y hay que reconocer el mérito que, para que ello suceda, ha tenido, y tiene, el constante quehacer de los pueblos originarios en su incansable búsqueda de verdad y justicia para sus reclamos frente al histórico avasallamiento de sus tierras y culturas.
Por cierto que ello debe inscribirse en el especial momento que viven los pueblos de Latinoamérica en procura del restablecimiento de identidad y unidad continentales por las que lucharon sus mejores hombres a lo largo de una epopeya que nunca cesa y que hoy continúan nuevos protagonistas. También habrá que admitir un sentido de plena coherencia con el orden de las cosas, al hecho de que partamos de aquel lejano día de 1492 porque, esclarecida aquélla circunstancia, estaremos en mejores condiciones para explicarnos cada una de las siguientes y apropiarnos de sus conclusiones para construir definitivamente esa Patria Grande que bien cobije a todos sus habitantes.
Lo anterior guarda relación con el título de este artículo porque los mayores objetivos de los pueblos nunca se alcanzan si no encarnan en las realidades locales, más pequeñas, sectoriales. La actividad turística, tal como se la conoce en la actualidad, está preñada de factores de división y desorden que, desde siempre, favorecieron los intereses de reducidos grupos que tradicionalmente se quedan con “la parte del león” y lo que aún es más grave, impiden el crecimiento equilibrado de la misma.
Para quienes pensamos que es imprescindible darle un tratamiento de integralidad al abordaje de la compleja estructura productiva que usualmente denominamos turismo, a los fines de imaginar políticas que dejen atrás decenas de años de improvisación y exclusión, nos parece natural el camino de la investigación desde sus componentes.
Solo analizando los mismos -en particular al hombre en sus dos perspectivas: la que lo encuentra animando su ocio y la que se ocupa de sus ambiciones laborales- y la interrelación necesaria entre todos los factores, estaremos en condiciones de hacer un aporte relevante a la construcción del proyecto común, dando respuestas desde aquí, desde nuestro lugar.
La industria turística es un eje que conecta todas las actividades que se verifican en nuestros pueblos serranos y se constituye, por esa razón, en una formidable herramienta para armonizar el impulso creador de los pobladores. Solo hay que utilizarla.
Erico Westergaard
turismoparticipativo@hotmail.com
turismoparticipativo@hotmail.com
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