Un turista muestra algas verdes en el lago. Este verano proliferaron y generaron preocupación.
Enrique Tonon, del Ente Intermunicipal Lago Los Molinos, muestra agua verdosa (LaVoz).
Investigadores de la Universidad Nacional de Córdoba, que examinan el lago Los Molinos desde hace casi una década, advirtieron que si no se implementan medidas correctivas urgentes, en un período de cinco a siete años, el espejo de agua atravesará una "situación crítica". El color verdoso del agua, impregnado por las algas que se adhieren a las paredes del dique, a las embarcaciones o a quienes deseen bañarse, se tornó cada vez más notorio en los últimos meses. A esto, se suma el fuerte olor a "Gammexane", tal como lo califican los lugareños, quienes vienen advirtiendo sobre los cambios negativos que manifestó el espejo de agua. De hecho, la situación afecta la actividad turística, ya que la apariencia del agua desalienta el uso recreativo de los bañistas. A su vez, preocupa la calidad del elemento vital que se utiliza para consumo, ya que desde el lago se extrae el agua que luego se bombea a miles de hogares de la zona sur de la ciudad de Córdoba. El jueves, en la Sala de Protocolo de la Facultad de Ciencias Exactas, Físicas y Naturales de la UNC, las licenciadas Raquel Bazán y Nancy Larosa, que comandan los monitoreos mensuales, expusieron con datos científicos la realidad del lago, ante autoridades regionales. "El pronóstico no es muy alentador si no se toman medidas correctivas y de concientización inmediatas. Desde la perspectiva de las investigadoras no queda mucho más de cinco a siete años para que el lago entre en situación crítica", apuntó un informe del encuentro realizado por el Foro de los Ríos, ente que nuclea a instituciones, comunas y municipios del norte de Calamuchita.
Atacar las causas.
Las especialistas de la UNC se explayaron sobre cuatro recomendaciones para intentar revertir el panorama. La principal fue restringir el acceso de animales a la zona del perilago y líneas de ribera, particularmente en los períodos de bajo nivel del embalse. Explicaron que las variaciones anuales de la cota del dique dan lugar a áreas expuestas que luego se inundan y permite que la materia fecal animal que había quedado en el perilago pase a formar parte del cuerpo de agua. En un informe publicado el 22 de enero por La Voz del Interior por este tema, Enrique Tonón –presidente del Ente Intercomunal Lago Los Molinos– detalló que en los últimos monitoreos se contabilizaron 297 animales sólo en el contorno del lago. "Los técnicos nos dijeron que una vaca contamina como 30 personas y un cerdo como 100", precisó en ese momento. La segunda sugerencia fue mantener el control en las zonas urbanizadas de los sistemas de tratamiento o descargas cloacales, para que funcionen correctamente y los efluentes no terminen decantando al lago. Luego, las especialistas se refirieron a la necesidad, de cara al futuro, de planificar los nuevos asentamientos urbanos para que no impacten sobre el espejo de agua. La planificación para el desarrollo es apuntado como un aspecto central para evitar que el problema se agudice. Por último, propusieron un control estricto sobre el tipo de agricultura que se realiza en torno al lago y los ríos tributarios, tanto en lo referido al uso de fertilizantes como de herbicidas. Vecinos de la zona venían planteando desde hace tiempo que los agroquímicos que de los campos cercanos terminan en el lago serían parte del problema. En el área cercana al lago hay cultivos de papa (aunque limitados en el último tiempo por esta razón) y de soja. Poder ejecutar estas recomendaciones básicas requeriría –se admite– de un control efectivo de los organismos encargados de hacerlo, para corregir y sancionar las transgresiones a las leyes y prevenir posibles abusos.
Firma de convenio.
La Asociación Civil Foro de los Ríos y la Facultad de Ciencias Exactas, Físicas y Naturales de la UNC, suscribieron una carta intención para trabajar de forma mancomunada sobre esta problemática. Guillermo Tavela, decano de la Facultad y Carlos Tatián, presidente de la entidad calamuchitana, firmaron el acuerdo para la realización de actividades formativas, culturales, de divulgación o actualización científica o profesional, prestación de servicios técnicos o docentes y elaboración de estudios. Acompañaron en la firma el intendente de Villa General Belgrano y los presidentes de las comunas de La Cumbrecita, Los Reartes, Villa Ciudad Parque, San Clemente y Villas Ciudad de América y el presidente del Ente Intercomunal Los Molinos, Enrique Tonón. Luego de la firma, se avanzó en la creación de una mesa coordinadora integrada por representantes de cada una de las localidades que se reunirán en los próximos días para comenzar a trazar un plan de acción concreta. El diagnóstico, de por sí preocupante, ya está. El dilema es cómo evitar a tiempo que el lago Los Molinos termine en condiciones similares de degradación al San Roque.
Presencia no querida
De las algas rojas a las algas verdes Según Enrique Tonón, presidente del Ente Intercomunal Los Molinos, hasta hace unos años el lago solía estar "tomado" por algas rojas, originadas fundamentalmente por el presunto mal uso de agroquímicos para el cultivo de la papa. Esa situación se logró frenar tras la erradicación casi total de esas plantaciones, al menos cerca de las costas. Pero desde hace meses son las algas verdes las que proliferan. Las rojas provocaban mortandad de peces; las verdes no afectarían a la población ictícola, como tampoco el circunstancial plancton que también le da un color más verde al agua. Tonón indicó que las inspecciones conjuntas ayudaron en los últimos años a controlar el sembradío de papas y a reducir el problema de las algas rojas. Ahora —apuntó— los controles deberían orientarse hacia la ganadería y el desarrollo urbano en los alrededores.
Enrique Tonon, del Ente Intermunicipal Lago Los Molinos, muestra agua verdosa (LaVoz).
FUENTE: ARTÍCULO Y FOTOGRAFÍAS LA VOZ DEL INTERIOR
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