ARDE. Imagen del trabajo de un helicóptero combatiendo las llamas, cedida por la televisión australiana. (EFE)
Australia se encuentra inmersa en un drama de magnitud histórica, a raíz de los incendios que por cuarto día arrasan tierras y ciudades y que ya dejaron más de 130 muertos. Según aseguran, todavía no se vio lo peor, y la cifra de víctimas fatales podría llegar duplicarse.
Las localidades más golpeadas son Kinglake, ubicada a unos 80 kilómetros de Melbourne, y Marysville, que prácticamente desapareció del mapa. Los alrededor de 400 incendios –la mitad fueron generados intencionalmente- arrasaron más de 340.000 hectáreas de terrenos, principalmente de bosques y, en las ciudades, destruyeron unas 750 casas, mientras que las calles se encuentran minadas de autos carbonizados, muchos de ellos, con cadáveres adentro. La cifra oficial de muertos brindada por las autoridades asciende a 131, aunque estiman que podría superar los 200, dado que hay un centenar de personas desaparecidas.
Los forenses anunciaron que la identificación de los cuerpos deberá hacerse en un gran número de casos a través de la dentadura, única pieza que resiste a los embates del fuego. No obstante, el jefe de Policía Kieran Walshe, advirtió que "llevará algún tiempo poder identificar o siquiera conocer el sexo y la edad de las víctimas".
Aún unos 30 frentes de llamas arden en el estado de Victoria, y en algunos casos llegan a los "cuatro pisos de altura", manifestó alarmado el alcalde John Brumby. Para extinguirlos trabajan unos 30.000 voluntarios, 37 aviones hidrantes y el Ejército. Estos son los peores incendios de la historia reciente del país oceánico, y superaron ya al "Miércoles de ceniza" de 1983, en el que murieron 75 personas; y al "Viernes negro" de 1939, que dejó 71 víctimas fatales.
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