Foto Carlos Paz Noticias
Alivio por la extinción del fuego en Copina
Fue controlado antes de que cruzara el camino de las Altas Cumbres hacia Bosque Alegre. Hay guardia de cenizas.
Los rostros cansados y llenos de cenizas, ojos colorados por horas y horas de exposición al humo, el viento y la intemperie, las ropas completamente negras luego de batallar largo tiempo en las sierras. Así de exhaustos, pero con la cara plena de satisfacción por la labor realizada, reciben el apoyo aéreo los bomberos de Los Cocos e Icho Cruz que se encuentran haciendo guardia de cenizas en la zona de Copina. Luis Arce y Cristian Prinsich, los pilotos del helicóptero Bell UH 1H del Ejército Argentino, afectado al Plan Nacional del Manejo del Fuego recorren el cielo por vigésima vez.
En este caso lleva una ración de comida a los bomberos que desde la noche anterior batallan contra la quema de pastizales de altura en la zona cercana al camino de las Altas Cumbres. Un importante sandwich, una botella de agua y una fruta son el alivio físico para los incansables bomberos, pero también el alivio de saber que no están solos.
El fuego ya casi es historia. Lo que les queda a los más de 80 efectivos de los diversos cuarteles de la zona es la guardia de cenizas. Tres horas de vigilia, hasta que la noche haga descender la temperatura y que ya no haya riesgo de reinicio. Desde el centro de operaciones improvisado, ubicado en el desvío al pueblo de Copina, sobre el camino viejo de las Altas Cumbres, Diego Concha, director de Defensa Civil, con apenas dos horas de sueño encima coordina el operativo. “El trabajo que tuvimos por la madrugada fue realmente impresionante.
Trabajamos mucho fundamentalmente tratando de que el fuego no cruzara el camino nuevo de las Altas Cumbres, así no llegaba hacia la zona de Bosque Alegre”, señaló. “Estimamos que son cerca de tres mil hectáreas lo que arrasó este fuego. El 95% de este sector es pastura, con lo que el grado de combustibilidad es altísimo.
Si se suma el fuerte de viento, la alta temperatura y la baja humedad se hacía casi imposible”, agregó el además jefe de bomberos de Icho Cruz. “Incluso en las zonas más cercanas a los caminos teníamos más de ocho autobombas tirando agua, camiones cisterna asistiéndolos y 4 aviones hidrantes, pero la velocidad del avance del fuego lo hacía incontrolable”, cerró Concha.
Un trabajo en conjunto.
Al finalizar la tarde, muchos bomberos se recuestan y descansan sobre el sector afectado, esperando que se levante la guardia. Mientras tanto, algunas camionetas encargadas de logística van y vienen.
Otros, unos pocos, a bordo de sus autobombas comienzan el regreso a casa. Diego Concha, encargado de todo el operativo, rescata la labor en equipo que se realiza durante estos operativos: “Acá trabajan por igual: los pilotos de los cuatro aviones hidrantes, que hacen un trabajo impresionante, la gente del Ejército, que nos ofrece un apoyo logístico sin el cual todo nos costaría el doble, la gente del servicio de emergencias, que atendió a los bomberos afectados, la Policía Caminera, la gente de la Departamental Punilla y por sobre todas las cosas los más de 150 infantes que estuvieron recorriendo la montaña a pie”.
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