Luis Federico Leloir, premio Nobel en su desvencijada silla, abocado a hacer cosas para el bien de la gente. Un símbolo de la desidia del estado argentino que tuvo siempre por los investigadores ¿Se podrá revertir esta situación algún día? Cuando ello ocurra la República Argentina habrá comenzado a crecer en todos los aspectos y para el bien de todos los que vivimos aquí.
Materia gris...desaprovechada
En la última década, dos ex presidentes declamaron su intención de incorporar a las universidades públicas, como consultoras privilegiadas del Estado, en el diseño de políticas públicas. La iniciativa quedó a mitad de camino, aunque muchas veces se utilizó a las casas de estudios sólo como ejes de numerosas promesas de campañas políticas.
Por
Juan Carlos Carranza.
De nuestra Redacción
La declamación es de larga data. En esta década, al menos, los ex presidentes de la Nación Eduardo Duhalde y Néstor Kirchner prometieron llevar a la práctica sendos convenios para que las universidades nacionales pudieran constituirse como consultoras privilegiadas del Estado, para brindar asistencia técnica, capacitación y asesoramiento.
Duhalde lo hizo en 2002; Kirchner, en 2004. Ambos se rasgaron las vestiduras con los dólares que costaron al país las consultoras internacionales en la década de 1990. Sólo en 2001, el Estado nacional destinó 600 millones de dólares para contratar consultorías internacionales en distintos proyectos. Pero estas iniciativas nunca llegaron a concretarse en forma sistemática y tampoco fueron adoptadas como políticas de Estado por la Nación, las provincias y los municipios.
De hecho, en la mayoría de las campañas proselitistas, los candidatos utilizan a las universidades públicas como garantía de transparencia en la ejecución de proyectos, aunque luego, en la práctica, esto no se concrete.
Ello no quiere decir que los gobiernos no recurran a las universidades. Sí lo hacen, pero de manera discrecional. La Universidad Nacional de Córdoba (UNC), a través de sus distintas facultades, laboratorios y centros de investigación, interactúa con los gobiernos locales.
Para el decano de Ciencias Agropecuarias de la UNC, Daniel Di Giusto, esta iniciativa es “letra muerta”. “Nunca se le dio una organicidad. En la práctica, nunca se dio; sólo se hicieron convenios esporádicos. En el conflicto con el campo, nuestra facultad estaba en condiciones de hacer un aporte. Incluso, presentamos una iniciativa, pero ni siquiera nos contestaron”, señaló. El decano de Ciencias Exactas, Físicas y Naturales, Gabriel Tavella, coincidió en que, en efecto, la consulta a las universidades estatales se verifica en forma discrecional.
“No hay algo sistémico. Pero particularmente en las disciplinas de aplicación, como las ingenierías o las ciencias económicas, hay una tendencia a celebrar convenios con el Estado, aunque está claro que depende de la voluntad del gobernante de turno”.
Tavella agregó: “Hay que distinguir dos criterios en este tema. En primer lugar, está la cuestión del costo. Segundo, las consultoras privadas suelen tener intereses económicos comunes con las empresas ejecutoras de los proyectos. La ventaja de las universidades es que se supone que son más objetivas en su análisis”. Ideas y políticas públicas.
El decano de Exactas también mencionó que la UNC tiene la ventaja de la multidisciplinariedad a la hora de abordar cualquier tema. Más o menos en esa premisa se apoyan las Primeras Jornadas sobre Aportes de la Investigación de la Universidad Nacional de Córdoba para el Diseño de Políticas Públicas, que se llevarán a cabo entre el 24 y el 26 de agosto y son organizadas por el Centro de Estudios Avanzados (CEA), las facultades de Arquitectura, Ciencias Económicas, Ciencias Exactas, Derecho, Facultad de Lenguas, el Instituto de Investigación y Formación en Administración Pública (Iifap) y la Escuela de Trabajo Social.
El motivo que empuja estas jornadas es que, pese al sostenido incremento en los últimos años de equipos, programas y proyectos de investigación en la UNC, la incidencia pública del conocimiento producido en las distintas facultades y centros de investigación es limitada.
“En muchos casos, ese conocimiento queda restringido al ámbito académico-profesional, sin que llegue a socializarse de modo adecuado en los ámbitos en los cuales podría constituir un elemento valioso para contribuir a comprender y resolver una diversidad de problemas y necesidades sociales”, explicó María Mata, del CEA, una de las mentoras de este encuentro que concentra más de 100 ponencias sobre distintas temáticas susceptibles de transformarse en políticas públicas.
Los organizadores del evento señalaron que es infrecuente que los responsables del diseño de políticas públicas, en distintos planos, desarrollen su gestión teniendo en cuenta los resultados obtenidos en las investigaciones universitarias. En ese marco, la intención de las jornadas es potenciar el impacto de los conocimientos que se generan en la UNC y llamar la atención de los gobernantes.
FUENTE: LAVOZ DEL INTERIOR
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