Se extiende la sequía y ya enciende alarmas por el cambio Climático
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Buenos Aires (Nicolás Tereschuk, para NE).
Las fotografías satelitales publicadas por el Servicio Meteorológico Nacional son escalofriantes: lo que hasta hace un año era un gran manto verde sin fisuras en el Norte del país hoy quedó transformado en una extendida mancha marrón, lo que marca una fuerte reducción en el índice de vegetación.
La sequía, circunscripta en enero pasado a zonas de Chaco y Corrientes, hoy ya es una realidad en todo el Noreste del país, pero también con situaciones preocupantes en la región Noroeste y en el sur de la provincia de Buenos Aires.
Al mismo tiempo, las intensas lluvias registradas durante el año en Salta, en la zona fronteriza con Bolivia, y en la frontera sur de Neuquén con Río Negro, aparecen como la otra cara de la misma moneda, en lo que algunos no dudan en identificar como las consecuencias del tan temido cambio climático.
De acuerdo con el último informe oficial, las precipitaciones registradas en agosto de 2006 fueron inferiores a las normales en gran parte del centro y norte del país.
Los mayores desvíos negativos respecto a la normal mensual se dieron, entre otras localidades, en Buenos Aires (-65.7 mm), Mar del Plata (-53.8 mm), en Monte Caseros (-52.0 mm), Punta Indio (-50.8 mm), Las Flores (-48.4 mm), Resistencia (-44.0 mm), Dolores (-41.2 mm) y Corrientes (-36.5 mm).
En cuanto a los excesos, de lluvias, se registraron en la zona costera y sur de la Patagonia.
Para Susana Gordillo, jefe del Departamento de Hidrometeorología del SMN, la tala indiscriminada en el sur de Brasil tiene una fuerte influencia en el fenómeno climático que se registra.
"Ha habido mucha tala y eso influye mucho en cuanto a la cantidad de agua disponible en la atmósfera", explicó.
De hecho, la sequía es un problema regional: Paraguay y el sur de Brasil viven situaciones casi tan dramáticas como buena parte del norte argentino.
"Habitualmente, cuando teníamos viento norte teníamos ingreso de aire cálido y húmedo. Ahora, vemos que aunque tengamos viento norte, entra aire cálido pero no con suficiente calidad de humedad, que provenía de la parte selvática que está al Norte de Argentina. Tenemos un déficit de vapor de agua y ante el avance de un frente frío desde el sur no se producen lluvias", explicó Gordillo.
El impacto de la sequía se da, por un lado, en la producción agropecuaria: Eduardo Buzzi, de Federación Agraria, no dudó en calificar de "muy preocupante" la situación en el Chaco, pero también en el centro y sur de Buenos Aires y Córdoba.
"El Estado nacional debería estar haciendo las previsiones porque va a haber zonas a las cuales va a haber que asistir. Necesitamos que el Estado también sea socio de las pérdidas, no sólo en las ganancias", advirtió Buzzi.
El dirigente llamó además la atención sobre "la infraestructura que este país necesita para contener reservas de agua, para no tirar agua dulce al mar, perforar y darle agua a zonas áridas".
"Estas sequías circunstanciales pueden ser remplazadas con obra pública porque así estamos desaprovechando el enorme volumen de agua que tiene este país", enfatizó.
En la provincia de Buenos Aires, el gobernador Felipe Solá ya adelantó que va a "ayudar todo lo posible" a los productores.
Es que los productores de una vasta zona -al oeste y sudoeste- de la Provincia estiman ya en "millonarias" las pérdidas que dejará la próxima cosecha fina, por la sequía que ya lleva cuatro meses.
La Bolsa de Cereales de Buenoa Aires ya advirtió que el persistente clima seco podría afectar el rendimiento del trigo de la campaña 2006/07.
La superficie sembrada con el cereal alcanzó los 5,38 millones de hectáreas, un 8,8 por ciento por debajo de la estimación inicial de la entidad.
Los problemas en el agro se repiten en distintas regiones y las imágenes sólo transmiten preocupación, como en el caso del sur mendocino, donde se registraba una gran mortaldad de animales.
Desde ya que la sequía no impacta sólo en las regiones rurales: la capital tucumana, donde llovió por última vez el 29 de abril pasado, está invadida por el polvo, lo que provoca un aumento de las consultas por trastornos en las vías respiratorias, agudización de cuadros alérgisos y asmáticos.
E incluso los porteños parecen haberse acostrumbrados a un clima "cuyano" con insólitos niveles de humedad ambiente no superiores al 40 por ciento.
En tanto, Juan Casavelos, el coordinador de la campaña de Cambio Climático de Greenpeace, advirtió que "las modificaciones en la estacionalidad se están dando en forma mucho más veloz de lo que se preveía".
Casavelos apuntó contra el "aumento descomunal de las emisiones de gases de efecto invernadero", sumado al "desmonte en el Norte argentino".
Para paliar esa situación, el referente de Greenpeace propuso que se brinde un impulso decidido a la energía eólica, para evitar que continúe la emisión de dióxido de carbono a la atmósfera.
"Hay un recurso eólico que no se está aprovechando, que es mucho más versátil y dinámico que los hidrocarburos. En dos años podría haber equpos eólicos funcionando. Tendríamos que hacer eso en lugar de tener proyectos faraónicos obsoletos, como construir una planta a carbón, que es el tipo de energía más contaminasnte que hay", apuntó.
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