Cambio climático, sobre-explotación de recursos, desforestación, falta de previsión... Estos son algunos de los temas que sin duda formarán parte de una agenda de prioridades que hasta hoy parece no ser advertida, en la práctica, por los políticos de turno. Para muchos científicos, en cambio, la población del mundo sólo tiene cerca de diez años para revertir el aumento de las emisiones de gases de efecto invernadero antes de que el cambio climático se vuelva incontrolable.La cuestión de fondo radica en la necesidad de ejecutar acciones urgentes y efectivas para limitar la disparada del termostato mundial. «En este momento, la voluntad política es lo único que echamos en falta. Las negociaciones para combatir el cambio climático nunca han tenido una oportunidad como ésta, y no debe ser desaprovechada», declaró el director de Greenpeace España, Juan López de Uralde.Frente a este panorama, el debate generado desde el norte europeo pareciera no tener el mismo trato que en nuestro país. A nivel local, la cuestión ecológica es un tema pendiente que preocupa en la medida en que el consumo irracional se constituye en una práctica aceptable y deseada. En primer lugar, porque olvidamos con rapidez los problemas una vez que vemos satisfechas nuestras necesidades, como ocurrió con las primeras y escasas lluvias que llegaron hace una semana.En segundo lugar, porque en nuestra sociedad, el acceso a determinados bienes prácticamente está limitado por la disponibilidad económica del consumidor con regulaciones escasas o insuficientes. Finalmente, se podría pensar que la cuestión poblacional está fuera de debate. «Hoy en día se discute menos que hace veinte años, y parece políticamente incorrecto. Sin embargo, para un biólogo formado en el estudio de la dinámica de la población de cualquier especie, es obvio que una especie no puede crecer indefinidamente, en algún momento llega al límite de la capacidad de carga del sistema donde vive», explicó el biólogo Enrique Bucher.
. El desafío básico: la población
Uno de los temas que Bucher -como académico- insiste en destacar está relacionado con el crecimiento poblacional. «La humanidad se duplica cada cincuenta años. Cincuenta años atrás el mundo que yo vivía era muy distinto a lo que es hoy. Entonces cuando decimos que hay que resolver el problema social o la pobreza, es la de hoy más el doble que va a haber en 50 años. Este es un punto que tiene significancia política, religiosa, y hay rechazo de tipo no racional si se quiere. No es un problema para arreglar sólo en Carlos Paz, pero lo importante es analizar que si no miramos a lo lejos es difícil. En los años 80 y 90, los aspectos ambientales estaban en la plataforma política de todos los partidos. Hoy en la praxis se habla pero no aparece como parte de un programa», destacó.Sumado a un crecimiento sin control, el otro factor que a criterio del científico aceleró dramáticamente el balance ecológico tiene que ver con el cambio de hábitos en el consumo. «Una cosa es tener seis mil millones de personas viviendo con un cierto nivel de consumo, y otra cosa es si ese nivel sube. Entonces el impacto del hombre sobre la tierra y la ecología son, uno la cantidad de gente y otra la clase de consumo por persona. Por ejemplo, si llegáramos todos al estándar de vida del americano, se pone en rojo la tierra en tres días, no hay manera de mantenerlo».
.Agua que hemos de beber
Los ciclos de sequía y lluvia han sido, durante años, característicos de nuestra región. En línea con este criterio, se tiende a pensar que la situación actual responde a una «irregularidad normal de la naturaleza» que vuelve a compensarse en verano. La duda de muchos científicos, en cambio, radica en saber en qué medida estas situaciones son originadas por un proceso mayor e irreversible. «No lo sabemos, pero las evidencias son bastantes fuertes», señaló Bucher y agregó: «Los esquemas políticos están hechos para cuatro años, y los problemas ambientales son para veinte o treinta, ¿cómo los hacemos compatibles?».De hecho, para el científico cuya experiencia lo llevó a recorrer buena parte del mundo, «todos los escenarios del siglo 21 están marcados por la pérdida de gobernabilidad debido a crisis sociales, económicas y ambientales juntas. Por ejemplo, si sucediera que Córdoba se quedase sin agua, ¿cómo se podría mantener la gobernabilidad cuando toda la gente está protestando y saliendo a la calle, y los precios de todas las propiedades se derrumban? Todas estas cosas pueden darse al mismo tiempo con gran velocidad».Un caso paradójicamente poco discutido en Carlos Paz tiene que ver con la resolución 395/01 de la DIPAS, en virtud de la cual la cota de espera para realizar la apertura de válvulas del Dique San Roque se fijó en los 33 metros de altura, muy lejos de los 35,3 originales. En la práctica, significa la reducción de un 20 por ciento en la capacidad de almacenamiento del agua que consumen los cordobeses (de 201 hectómetros cúbicos se pasó a tener 165 hectómetros cúbicos); sin olvidar otro 15 por ciento inhabilitado por el asentamiento de materias en suspensión (unos 30 hectómetros). Curiosamente, esta medida proporcionaba el marco ideal para la -hasta ahora frustrada-, «ley de creación de la Corporación Nuevo Puerto San Roque» (donde el límite de los terrenos a urbanizar era la cota 33 del lago). Un informe publicado en el 2007 mencionó que, con esta resolución, «quedaba sentenciada a su extinción la provisión de agua a la ciudad de Córdoba y la región, con el sólo objetivo de favorecer un emprendimiento público-privado».Al respecto, Burcher reflexionó: «Lo absurdo es que se haya bajado la cota del lago San Roque, y que no se haya planteado ahora con la sequía, porque es casi el equivalente a hacer otro dique, es de locos. Es una barbaridad, es una zona árida, y lo peor es que surge el problema pero ese tema no se toca. Es como que en el fondo, la percepción ciudadana se va para cualquier otra cosa». Como posible respuesta a una situación en apariencia caótica, el científico subrayó la necesidad de proponer la creación de un cuerpo técnico que trabaje en la cuenca del San Roque y que maneje un «presupuesto» de agua para todos los usuarios y las necesidades futuras teniendo en cuenta al menos la tasa actual de crecimiento poblacional. Además, recomendó la formación de un cuerpo técnico muy integrado al anterior, específicamente dentro de la Municipalidad de Villa Carlos Paz. Finalmente, advirtió de la necesidad de que la población tome conciencia y piense en las futuras generaciones. «Nadie nos va a venir a robar el agua como dicen, el lío del agua va a ser acá. Parece que nuestro único problema es que nos roben el agua. ¿Alguien pensó de dónde vamos a sacar el agua en el 2025?».
*Enrique Bucher. Biólogo recibido en la Universidad de Córdoba y doctor en Ciencias Biológicas. Director del Centro de Zoología Aplicada de la Universidad de Córdoba.
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