viernes, 4 de septiembre de 2009

ARTÍCULO QUE HEMOS PUBLICADO EN EL SEMANARIO BAMBA A RAÍZ DE LOS GRAVÍSIMOS INCENDIOS OCURRIDOS EN NUESTRO TERRITORIO Y GRAN PARTE DE LA PROVINCIA

Semanario BAMBA de la Ciudad de Villa Carlos Paz - EDICIÓN 0337 del día viernes 4 de septiembre de 2009

MEDIO AMBIENTE
Los incendios forestales
Una espiral que retroalimenta el calentamiento global
«Dos cosas son infinitas: el universo y la estupidez humana; y yo no estoy seguro sobre el universo.»Albert Einstein




Año tras año se repiten sin solución de continuidad los incendios forestales en la provincia de Córdoba. Cada vez se vuelven más extensos e intensos. En la temática del Cambio Climático, encontraremos dos bibliotecas; pero ¿quién puede negar este fenómeno? Ya fue reconocido por científicos del mundo y en el IPCC (Panel Intergubernamental de Cambio Climático). «Actualmente, existe un fuerte consenso científico sobre que el clima global se está viendo alterado significativamente como resultado del aumento de concentraciones de `gases de efecto invernadero´.«Desde 1990 el IPCC ha publicado tres Informes de Evaluación, en los que ha constatado el aumento del riesgo de la situación. En 2007 los científicos de Naciones Unidas han presentado su Cuarto Informe de Evaluación Cambio Climático, donde afirman que la mayor parte del calentamiento observado durante la segunda mitad del siglo pasado ha sido causado por actividades humanas y concluyen que el calentamiento del sistema climático es real e inequívoco. El Cuarto Informe expone nuevos números y mayores avances en las investigaciones, pero el escenario es el mismo: a mayor calentamiento, mayor es el riesgo». (*)
Podemos discutir sobre si es un ciclo natural del planeta Tierra que se repite en cientos de años por múltiples factores; pero no podemos ignorar las causas antrópicas donde el hombre sigue actuando de forma irresponsable. Una cadena de actitudes y falta de compromisos, de cada uno de nosotros, en lo cotidiano que hace a una sumatoria de desaciertos que son potenciados al máximo en la globalidad. Por otra parte, Estados inermes que no pueden controlar, siendo ellos los que tendrían que establecer políticas que apuntaran en tal sentido; más allá de la impotencia de la civilización humana ante las leyes naturales que definitivamente establecen el «orden» en tanto «desorden».
Algunos han imaginado esta situación a través de una alegoría: una serpiente que se muerde la cola, dado que cada vez más se emiten mayores cantidades de gases invernadero. Los incendios que han ocurrido en nuestra provincia y en otros lugares de la República Argentina aportaron -durante estos últimos años- toneladas de dióxido de carbono que sería difícil de evaluar o mejor dicho que no se quiere evaluar. Pero como referencia, un ejemplo: los incendios de Indonesia durante algunos meses de los años 90, aportaron más de 2500 millones de toneladas de gases invernadero que equivalen a casi la mitad de las emisiones industriales en un año entero.
Es sobrecogedor ver imágenes en medios gráficos y televisivos de cómo las llamas arrasan con los bosques nativos, la flora, la fauna, pérdidas de vidas humanas, acabando con ecosistemas que la naturaleza construyó durante millones de años.
La destrucción de los bosques, sumado a otros fenómenos que ocurren en pantanos u otros sitios, donde se genera el gas metano (otro gas invernadero), indica que vamos irremediablemente a un recalentamiento y resecamiento que queda patentizado en los parámetros meteorológicos y climatológicos en diversos lugares del mundo. Algo cercano: lo que está ocurriendo en nuestro ecosistema madre (en cuanto a cuerpo de agua) la Laguna Mar Chiquita. Ya no valen más excusas de que «nada está ocurriendo», cuando soplan los intensos vientos y se desparraman cantidades incalculables de sal y otras sustancias portadoras, a causa de la retracción de la laguna en cuanto a superficie y volumen de agua, dejando en su retirada grandes playas de sal. Salvando las distancias con otros lugares, donde se producen mayores cantidades, en cuanto a emisión de gas metano, nuestro lago San Roque aporta lo suyo ya que es un «pantano» donde la materia orgánica que se va acumulando es -también- la generadora de esas emisiones.
No es difícil entender, porque desde la escuela primaria lo hemos «aprehendido» (ojalá también la dirigencia política) que los árboles absorben el dióxido de carbono o anhídrido carbónico -CO2- el principal gas invernadero. Si se incendia un bosque ¿podemos imaginarnos cuánto carbono absorbido por cada árbol es liberado en forma de dióxido?
La revolución industrial y la aplicación de la máquina a vapor trajeron como consecuencia las mayores cantidades de dióxido de carbono liberado. Anterior a este momento histórico, si hacemos un mínimo análisis, nos llevaría a la conclusión que habría existido «un equilibrio» entre lo que generaba el hombre por la quema de vegetales -desde el descubrimiento del fuego- y lo que absorbían los árboles de los bosques.
Se han realizado muchas investigaciones en lo global y algunas han arrojado que las emisiones de gases de efecto invernadero (entre otras formas, por incendios forestales), como las de la sequía del año 1998, comparativamente, fueron mayores que la quema de combustibles fósiles, tal el caso citado anteriormente de Indonesia.
De la misma forma se ha señalado que el efecto del calentamiento global actúa sobre los extremos del llamado ciclo hidrológico, a saber: incendios forestales y sequías más pertinaces por una parte, pero la ocurrencia de precipitaciones más intensas e inundaciones, por la otra. En nuestro país están los hechos acontecidos en Tartagal, por citar uno, y la grave sequía que está produciendo mortandad de animales e imposibilidad de continuar con los sembradíos de distintas especies, dado que el suelo y la atmósfera, en cuanto a humedad, no se encuentran en las condiciones requeridas.
En lo territorial, donde se encuentra la ciudad de Villa Carlos Paz, los desastres ecológicos arrasaron bosques nativos y pastizales, por ende esto va a contribuir negativamente en el ciclo hidrológico de nuestra región, con las consecuencias sobre el Embalse del Dique San Roque y otros, que agravarán aún más lo que está ocurriendo en la Laguna Mar Chiquita.
Sin embargo, desde el Estado pareciera -ante el hecho consumado- que todo se soluciona dando ayudas económicas a los damnificados, lo cual es necesario, pero no se intenta atacar las causas que originan estos desastres desde hace años. Hay que reconocer que no es tarea fácil, pero tampoco podemos quedarnos paralizados. Los impuestos al fuego no sirven de nada, si no se apoya, por ejemplo, en extensión educativa, hasta los rincones más remotos, donde la cultura ancestral, arraigada en la población es trasmitida de generación en generación, y hace que actúen como actores principales en el inicio de los incendios. Hay otros múltiples factores a tener en cuenta, y en donde la educación sería el instrumento a aplicar con eficacia y eficiencia.
A quién le cabe dudas, además, que ya no hay tecnologías que valgan en la extinción de los pavorosos incendios ocurridos en nuestro país y otros, como los que acontecieron en Grecia, Portugal, California, Australia, etcétera. Esa es una de las verdades que los humanos debemos asumir en cuanto al Calentamiento Global, es imposible detener el avance de las llamas, por más recursos materiales que se cuenten. ¿Esto debe ser un conformismo total, ya que podría inferirse que nada puede hacerse? ¡Todo lo contrario, no debemos actuar sobre el fuego desatado, sino intervenir antes de que ello ocurra!
Los niveles de dióxido de carbono, para algunos científicos no deberían sobrepasar las concentraciones de 350 ppm (partes por millón), otros piensan que valores menores, pero la realidad es que la cantidad de este gas invernadero alcanza valores próximos a 385 ppm, y estaría aumentando a razón de 2 ppm por año.
No queremos hablar de las consecuencias globales, ya que excederían esta página. Quizás alguno podría decir que son predicciones apocalípticas. Pero no hay peor ciego que aquel que no quiere ver. Para muestra sobra un botón. Es necesario que estemos recalcando sobre algo que ya es evidente a los ojos de todos. Sin embargo ¿dónde están las políticas de Estado? ¿Dónde el ordenamiento territorial? ¿Acaso ya está vigente una ley de protección de bosques nativos, eficiente y que se cumpla? ¿Cuánto se destina en campañas educativas para apuntalar a la prevención (si es que existe algún plan)? ¿Solamente nos quedamos con pegatinas de divulgación (en las ciudades) sobre la precaución que debe tenerse con el fuego? ¿La legislación está en un todo de acuerdo al control y las responsabilidades, tanto sea por parte del Estado, como de cada uno de los ciudadanos?, etcétera. Habría muchos etcéteras, pero se observa un fatalismo que va en crecimiento año tras año, que se suma a la destrucción irresponsable de faldeos serranos, bosques nativos, quema de pastizales, arrasado de los suelos, con toda la vida existente en ellos. Luego nos preocupamos del avance de las plagas o enfermedades. La Organización Mundial de la Salud, resaltó que se escaparían de control de persistir el aumento del Calentamiento Global y como consecuencia el Cambio Climático.
El tema del dengue ya está instalado en nuestra sociedad y se habla de prevenir hacia el verano que se avecina; sin embargo poco podrá hacerse desde el área sanitaria del Estado, si no se observan las consecuencias de los desmontes que se suman a los incendios, para ampliación de las fronteras agropecuarias. ¡Esas fueron barreras que frenaban el avance de los vectores de enfermedades! Las áreas de clima subtropical árido están expandiéndose hacia los polos, que en algunos casos llegan a una media de 400 kilómetros. ¿Tenemos en cuenta que nuestro territorio está en lo que se llama región semiárida? También se ha advertido que los incendios forestales continuarán y la desecación de los lagos seguirá en aumento, siempre y cuando no se equilibre, o se detengan las emisiones de dióxido de carbono.
¿Estamos diciendo algo fuera de lugar? Cada uno de nosotros, cada responsable político tendrá que relacionar estas variables y actuar en consecuencia. En nuestro territorio están presentes estas variables. ¿Qué hacemos señores funcionarios? ¿Qué hacemos los ciudadanos? ¿Quién tira la primera piedra? O seguiremos escondiendo la cabeza como un avestruz, paralizados y sin intentar algo entre todos. Cuando eso ocurra, por el hacer responsable, desde la aldea estaremos forjando algo por la sustentabilidad del planeta Tierra.
(*) Del sitio:
Ing. Juan Carlos A. Paesani
Post Grado en población y Medio Ambiente

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FECHA DE FUNDACIÓN DE LA CIUDAD DE VILLA CARLOS PAZ: 16 DE JULIO DE 1913 - ESCUDO DE LA CIUDAD DE VILLA CARLOS PAZ - CARTA ORGÁNICA - ARTÍCULO Nº 24 (...) Su descripción es la siguiente: de sinople tres fajas de plata ondeadas y en jefe, dos espadas de su color puestas en sotuer, bordura de gules, cargadas de ocho torres de oro, el escudo timbrado de un sol de oro. La forma del escudo es cuadrilonga, con la parte inferior redondeada, sus proporciones seis por cinco, de modo tal que la sexta parte de la altura cabe cinco veces en el ancho."
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escudo de villa carlos paz

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ARTÍCULO 24:El municipio adopta el nombre de Villa Carlos Paz, denominación que deberá ser utilizada en todos los documentos, instrumentos públicos, actos y monumentos oficiales.Conforme a los antecedentes históricos, reconoce como fecha de su fundación el día 16 de julio de 1913. El escudo, símbolo que identifica la Ciudad, es de uso obligatorio en toda documentación,papeles oficiales, sellos, vehículos afectados al uso público y en el frente de los edificios municipales, prohibiéndose la utilización oficial de cualquier otro símbolo o leyenda. Su descripción es la siguiente:sinople tres fajas de platas ondeadas y en jefe, dos espadas de su color puestas en sotuer, bordura de gules, cargadas de ocho torres de oro, el escudo timbrado de un sol de oro. La forma del escudo es cuadrilonga, con la parte inferior redondeada, sus proporciones seis por cinco, de modo tal que la sexta parte de la altura cabe cinco veces en el ancho. CARTA ORGÁNICA MUNICIPAL DE VILLA CARLOS PAZ - CAPÍTULO II - Competencias y Emblemas. OTRA FUENTE CONSULTA HISTÓRICA: http://heraldicaargentina.com.ar/3-Cba-CarlosPaz.htm

LA LAGAÑA DE PERRO - Caesalpinia gillesii

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Fotografía Juan Carlos A. Paesani -LA FLOR DE VILLA CARLOS PAZ - SI CLICKEAS SOBRE LA IMAGEN VAS A ENCONTRAR LA INFORMACIÓN DE LA LAGAÑA DE PERRO Y OTRAS ESPECIES DEL BOSQUE SERRANO