En varias entradas anteriores hemos puesto a consideración de los que visitan el blog: http://www.vcp-porlatierra.blogspot.com el problema insoluble - hasta el momento - de los Basurales a Cielo Abierto en nuestro Territorio y más allá también.
Siguen las discusiones como habremos visto pero es indispensable, hace a normativas vigentes implementar las EIA - EVALUACIONES DE IMPACTO AMBIENTAL, dar participación a la gente, hacer un ejercicio democrático, reforzar la república. La Basura es cosa de todos.
Seguidamente ponemos a considración un artículo que hemos publicado
MEDIO AMBIENTE
La basura que nos gana
«No preocuparnos por la basura que producimos, es no entender que no tenemos derecho a comprometer nuestro futuro y el de las próximas generaciones».
El autor
Ya estamos acostumbrados a convivir con la basura, vayamos por donde vayamos, la basura está omnipresente, estática o dinámica degradando el ambiente, según varias formas de propagarse, contaminar y atentar contra la salud de los ecosistemas y nuestras propias vidas.¿Acaso no vemos la contaminación del agua de los ríos, arroyos, embalses o sumideros finales de los cuerpos hídricos? Allí tenemos al Embalse del Dique San Roque, con sus basurales de costa y su propio contenido degradado como consecuencia de la actuación humana. El río San Antonio se encuentra en situaciones similares.
¿No basta lo que advertimos, para comprender la contaminación del aire? ¡Allá está el humo del basural de Villa Carlos Paz y otros lugares de la zona! Un basural a cielo abierto, como macro sistema arcaico, con muchísimas sustancias en los tres estados de agregación (sólido, líquido y gaseoso) que son transportadas y generadas en el mismo lugar. También se encuentran elementos en estado puro, o formando mezclas. ¡No son simples e inofensivos sistemas materiales! (1).
Para que el lector entienda, la materia dispersa (solutos) en el aire, agua o suelo (fases dispersantes o disolventes), de acuerdo al tamaño que tiene, forman: dispersiones groseras (2), dispersiones microscópicas, dispersiones coloidales y soluciones verdaderas. La diferencia, en orden decreciente, para el caso de un contaminante del aire, nos muestra hasta qué punto de nuestro sistema respiratorio pueden llegar ellas. Ni hablar de los otros sistemas materiales que por percolación (3), lixiviación (4) van penetrando en el suelo, envenenando el mismo y transportando esos venenos a acuíferos, o a corrientes superficiales que son fuentes de vida para humanos, animales y árboles.Por estos días los titulares de los diarios hicieron saber sobre los focos de incendios que fueron estos vaciaderos y que a la vez actuaron como multiplicadores, propagando los fuegos.
Por lo general, otra de las características de ellos, es que las combustiones se autosostienen, dándonos una impronta sumarísima del peligro que sufrimos sin solución de continuidad. Las reacciones químicas, en esas situaciones, son difíciles de controlar en todo sentido. Hubo algunas respuestas de contingencia desde los gobiernos, «estertores de último momento» como ya lo hemos dicho para el caso de los incendios.Pensamos que cuando lleguen las primeras lluvias y todo se «calme», ocurrirá lo de todos los años, las intenciones de deseos, desde las administraciones quedarán «enfriadas», porque habremos resurgido de los desastres, sin percibir que los desastres estarán junto a todos nosotros por mucho tiempo.
Eso sí, estaremos escondiendo las consecuencias, una vez más, debajo de la alfombra de la irresponsabilidad ciudadana y de las propias administraciones. Año tras año: los basurales y los incendios, temas troncales presentes, pero con políticas ausentes.El tema de la basura es una cuestión de todos, no sólo de los que tienen delegadas las voluntades del pueblo. Entonces nos preguntamos: ¿Cuál es la solución más eficaz y eficiente?
Sobre , tendríamos para elegir. Pero el hacer, que nos debe interesar, es la evaluación de los beneficios y los perjuicios ambientales que éstas pueden acarrear. Eso sí, no seamos hipócritas, en cualquier decisión que tomemos en la vida, como individuos o como sociedad, siempre existen estos dos aspectos: lo negativo y lo positivo de hacer o no hacer algo. Pero convengamos que no podemos quedarnos sin hacer «algo». Ya lo hemos dicho cuando tratamos el tema de los incendios forestales.
Sin intervención ciudadana en las cosas del Estado, del cumplimiento de las constituciones, leyes ambientales, normativas sobre contaminantes, principios básicos de legislación sobre el agua y los bienes hídricos colectivos, etc., será imposible gestionar el tema de la generación de residuos sólidos urbanos (RSU), efluentes industriales, hospitalarios, domiciliarios y muchos otros más que hacen al todo.
Fotografía del sitio: http://www.inti.gob.ar/sabercomo/sc78/inti11.phpCreemos que nos hemos excedido en decir en el «Semanario Bamba», y en distintas oportunidades, sobre la importancia fundamental de las EIA (EVALUACIONES DE IMPACTOS AMBIENTALES). Más, desde distintas organizaciones ambientalistas se denunciaron cuando las mismas fueron violentadas. ¿Qué futuro le espera a una sociedad que violenta las normativas que regulan el ambiente, el sustrato, el espacio, donde está la misma? ¡Es derecho positivo!
Entonces, ¿por qué no lo respetamos?
Las soluciones son cuestiones de sentido común y de educación fundamental y no de grandes sapiencias, que en tal caso, cuando deban encontrarse los posibles «remedios» -en una primera instancia- estarán bajo responsabilidad de técnicos entendidos en la materia. Pero la fase final, la de mayor importancia, será la del compromiso y la decisión que tomen de los ciudadanos. Decisiones que deberán ser escuchadas por los gobiernos de turno, si es que entendemos la necesidad imperiosa de ejercer la democracia participativa como sostén de una república.
Tendremos que decidir si continuamos con los basurales a cielo abierto, y las cuestiones muy sintéticas que hemos dicho anteriormente, o por ejemplo plantearnos si la solución podría pasar por los «rellenos sanitarios». Para este último caso: enterrar la basura en gran escala, toneladas y toneladas diarias sin selección alguna de los residuos que generamos. También en ese sistema tendremos que evaluar que hay producción de gases tóxicos y lixiviados, si no se cuenta con un predio seguro en cuanto a características de los suelos, que impidan la migración de líquidos contaminados con sustancias orgánicas, inorgánicas y en estado puro. En las emanaciones: gases como el metano, que es un gas de efecto invernadero. Esto sin contar los peligros potenciales de las mezclas que se generan al igual que en los de cielo abierto. Una especie de «laboratorio o industria» que fundamos bajo la tierra, donde las combinaciones químicas escapan a lo imaginable; por lo tanto, podemos estar jugando con consecuencias que pueden resultar imprevisibles o fatales en corto, mediano o largo tiempo. Sintéticamente: nos «sacamos» de encima el problema del presente pero «enterramos» nuestro futuro y el de las próximas generaciones.
No debemos pensar que nuestra solución estará en un espacio alejado de nosotros, los que creamos la basura ¡Cuánto más lejos, mejor! ¿Dónde el respecto a nuestros próximos? Hemos visto la reacción de los vecinos de la localidad de Bouwer que viven en las cercanías del enterramiento sanitario de la ciudad de Córdoba. ¿Son o no son justos sus reclamos?
Tendríamos que ponernos en la situación de ellos para poder comprender el por qué de esos reclamos.Como vemos, posibilidades «técnicas» hay algunas, a las que podríamos agregar la selección de la basura, la separación de metales pesados y otros, la posibilidad de generar compost con las sustancias orgánicas, la reutilización de los áridos provenientes de demoliciones, etc.
Una idea que nos viene en estos momentos para un caso muy particular de residuos generados: las podas. Bien sabido es el volumen y la cantidad en peso que se originan con las mismas. Un problema que se suma y que agrava el problema de los «tratamientos facilistas» que se le da en los basurales a cielo abierto: la combustión. Caso contrario, el volumen de los mismos, crecería tendiendo a infinito. Sabido es la carencia en el mundo de un bien básico: LA ENERGÍA. ¿Tenemos noción de cuanta energía se desperdicia cuando se llevan camiones y camiones de leña proveniente de las podas? ¡Cuánta gente de menores recursos carece de combustibles para «pasar el invierno»! Sin embargo nos damos el lujo de quemar ese combustible y malgastar esa energía.
Habría que analizar si el Estado debe subsidiar estos procesos primarios de residuos generados. Pero ante tales instancias, creemos que no hay muchas elecciones. Un costo que debemos pagar todos, para que el tratamiento de los mismos, produzcan los menores daños, aunque nuevamente volvemos a resaltar, nunca serán nulos.
¡Tanto se habla de «Sustentabilidad» en lo urbano, turístico, ambiental, etc. etc.! No logramos entender cómo podemos analizar tan livianamente esas cuestiones cuando la sumatoria es tan grande. Cualquiera que se desplace podrá observar en distintas provincias argentinas, cómo la degradación por los basurales a cielo abierto y basura tirada por doquier, nos gana, destruyendo el paisaje y los elementos naturales constitutivos del mismo: el suelo, el aire y el agua.
No nos quepan vacilaciones, que también, en la medida que se vaya degradando el ambiente, también se degrada la cultura de un pueblo y los bienes que la constituyen. Es una indiscutible vara de medida. Y allí está nuevamente la educación, la que debe hacer hincapié en los valores cardinales. Para el caso: LA SOLIDARIDAD. Junto a ella los valores ÉTICOS y ESTÉTICOS. Sin participación y control ciudadano, seguiremos tapados de basura en toda la extensión de la palabra «basura» y no habrá ni barreras de árboles u otros tipos de muros (imaginarios o de proyectos trasnochados) para esconder o alejarnos de la misma. Sin clase dirigente atenta y responsable desde los gobiernos, que impulsen e integren la contribución de los ciudadanos, no habrá forma de encontrar, desde el Estado, una solución justa, para todos los que habitamos este generoso suelo. Si no impulsamos estas políticas colectivas en nuestras comunas y municipios será algo imposible de alcanzar. Entonces, desde el territorio donde vivimos ¡Atención y manos a la obra!
(1) Sistemas materiales: es toda porción del Universo dotada de masa que se aísla en forma real o imaginaria para su estudio experimental.
(2) Dispersión: En química del medio ambiente, dispersión se refiere al conjunto de fenómenos mediante los cuales las especies químicas pasan de unos compartimentos ambientales a otros o se diluyen dentro de uno de ellos.
(3) Percolación: moverse a través de un medio poroso.
(4) Lixiviación: proceso de lavado de un estrato de terreno o capa geológica por el agua, en este caso contaminada.
Ing. Juan Carlos A. Paesani
Especialista en Higiene y Seguridad
Post Grado en Población y Medio Ambiente
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